El
acto de leer te otorga el poder (y la magia) de interpretar los
contenidos que se transmiten a través de los textos, que son un
medio esencial para comunicarse con el entorno, desde una lista de
instrucciones o una carta, hasta un discurso que será leído en una
ceremonia. Es así que el acto de leer está dado por la interacción
entre un lector, un texto y un contexto. El lector, al leer,
incorpora sus conocimientos previos y lo que sabe sobre el mundo; el
texto incluye la intención de quien lo ha escrito, el contenido de
lo dicho y la forma en que se estructura el mensaje; y el contexto
incluye las condiciones de la lectura, por ejemplo, la intención del
lector o interés por el texto, o en qué ámbito y con qué fines se
está efectuando la lectura.
Lectura
académica
Mateos,
M. (2009) establece cuatro diferentes niveles de comprensión de
textos escritos, donde la utilidad de poner en práctica uno u otro
dependerá de la naturaleza de la tarea que queramos desarrollar
mediante la lectura:
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